Como primeros resultados del despliegue nacional de control al Proceso de Vacunación contra la COVID-19, la Contraloría General identificó que el padrón inicial de vacunación presenta inconsistencias que ponen en riesgo la finalidad pública de la estrategia de prevención y contención de la pandemia en la primera etapa y en las posteriores.
De manera preliminar, en quince regiones del país en donde se inició el proceso de vacunación, los equipos de auditores reportaron, la falta de actualización del Padrón Nacional de Vacunación Universal de la Fase I, del Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19, situación que ha motivado el malestar del personal de salud que labora en diversos establecimientos públicos.
Inconsistencias en el padrón
El padrón presenta inconsistencias con el número real de personal de salud que realiza trabajo presencial y que atiende casos de pacientes de coronavirus. Esta situación identificada genera una clara señal de alerta de que no se cuenta con un padrón ordenado, sistematizado, depurado y actualizado, lo que podría generar serios problemas en la efectividad de la inmunización para esta primera etapa que empezó esta semana.
MINSA debe tomar medidas correctivas
Lo evidenciado por la Contraloría e informado al Ministerio de Salud (MINSA), tiene como fin alertar oportunamente a las autoridades para que se adopten inmediatas medidas correctivas, de tal manera que no se continúen presentando estas situaciones como lo ocurrido con los bonos universales, en donde se consideraron y entregaron estos recursos a personas que no se encuentran en situación de vulnerabilidad, entre otras condiciones.
Principales riesgos
Entre las principales situaciones o contingencias reportadas por los equipos de control, que vienen supervisando el almacenamiento, distribución y proceso de vacunación a nivel nacional, respecto del padrón de beneficiados en esta primera fase, podemos mencionar:
En el padrón se incluyó a personas que no laboran en el establecimiento de salud, que tienen licencia por riesgo de salud o que realizan trabajo remoto, pero se omitió a aquellos que laboran de forma presencial y que están tratando directamente casos COVID-19.
Se verificó que algunas Direcciones Regionales de Salud (DIRESA) o establecimientos de Essalud utilizan padrones elaborados por ellos mismos para definir su relación de personas por vacunar, y no las aprobadas por el MINSA.
Otra situación identificada es que no se está garantizando el registro electrónico de los vacunados, como en el caso de Huánuco, donde no se entrega un carné de vacunación web como está consignado la vacunación en la Directiva Sanitaria.
Estas situaciones expuestas evidencian que el proceso de vacunación no se estaría ejecutando de acuerdo a la Directiva Sanitaria N° 129- MINSA /2021/DGIESP – Directiva Sanitaria para la Vacunación contra la COVID-19 en la situación de emergencia sanitaria por la pandemia en el Perú. Asimismo, representa un riesgo que limitará el control para establecer las fechas de la segunda dosis y el lote de vacunas, o que no se vacune a quien corresponde.
Cabe señalar que el propósito de acompañamiento del control y de los reportes que sobre el estado de los procesos se irán emitiendo, es para que se adopten las medidas correctivas en un hito. La Contraloría enfatiza que es prioritario que los sectores competentes tomen en consideración los hechos que estamos develando y procedan a adoptar las medidas correctivas, en un hito tan esencial como lo es el Padrón Nacional de Vacunación Universal.
Fuera de juego
El proceso de vacunación se inició el pasado 8 de febrero, con la distribución a diversas regiones del país. Inmediatamente, la Contraloría General activó y acreditó a sus equipos de control a nivel nacional para supervisar la distribución y el proceso de inoculación al personal de salud, población objetivo por su cercanía a pacientes con coronavirus.