Cuadro de síntomas es producto del miedo y el pánico por la pandemia
El temor y miedo ante un posible contagio por COVID-19 está llevando a muchas personas a “sentir” que tienen la infección sin haberse contagiado realmente, evidenciando así un cuadro de miedo exacerbado o ansiedad, alertaron expertos en salud mental.
Jacqueline Valdivieso, psicóloga del Instituto Nacional de Salud Mental, comentó que en consulta escuchan numerosos casos de personas que afirman estar infectadas porque saludaron a un compañero del trabajo o salieron a la calle, sin que exista prueba que certifique el contagio; o incluso con prueba negativa de por medio siguen convencidos de tener COVID-19.
Todo es consecuencia de un miedo desmedido y, en otros casos, de ansiedad, afirmó en entrevista con el programa Saludable Mente de nuestra fuente.
“A pesar de que no lo buscan empiezan a tener síntomas parecidos: dolor en el pecho, en la garganta, problemas para respirar, sequedad en la boca y están casi convencidos de que tienen COVID-19. Les hacen las pruebas y dan negativo, pero siguen sintiendo la presión en el pecho. Tienen esos síntomas producto de un cuadro de ansiedad”.
Explicó que, si bien el miedo es una emoción que puede ayudarnos a ser más cuidadosos o mantenernos alertas ante situaciones desconocidas, ahora -en el contexto de la pandemia- se ha disparado como una reacción a algo tan grande como una emergencia sanitaria que afecta a todo el planeta.
El miedo puede hacer creer que se tienen los mismos síntomas de la infección.
“Este tipo de cuadros aqueja por lo general a personas ansiosas, aquellas a quienes les sale una manchita en la piel y piensan que es cáncer, aquellos que tienen un ligero ardor en la garganta y piensan que están infectados o se van a morir.
Sin embargo, eso le puede pasar también a quien no ha presentado un cuadro ansioso antes”.
La experta consideró que más allá de la sensación de hallarse infectado, el riesgo de este miedo desmedido es que impide a las personas desarrollar sus vidas de manera normal.
Los pensamientos alrededor de una posible infección empiezan dar vueltas una y otra vez, retroalimentando los síntomas que dicen tener.
“Y esto se convierte en un círculo vicioso porque imaginas que empeoras, que tendrás que buscar una cama, oxígeno, y por lo que vemos en las noticias todos los días se trata de una infección complicada. Entonces, la sensación de angustia no para”.
¿Y cómo sé si es mi imaginación?
Para Jacqueline Valdivieso hay formas de desarmar un aparente cuadro de coronavirus covid-19 creado por la mente de una persona asustada.
Lo primero, afirmó, es informarse sobre cómo opera esta infección, es decir cómo se contagia y cómo no lo hace.
“Los expertos ya nos han dicho que el covid-19 no llega, se mete a tu casa y te infecta. El virus no funciona así. Hay que fijarnos en la realidad y buscar información seria al respecto”.
Lo segundo es observar lo que sentimos todo el tiempo, si los problemas para respirar, dolor en la garganta, opresión en el pecho, entre otros síntomas, están presentes a lo largo del día o solo por momentos.
“Observa si a lo mejor estuviste jugando con tus hijos y no sentiste ningún síntoma. Cuando te infectas de algo biológico, así estés trabajando o en plan de diversión igual te vas a sentir mal. Sin embargo, cuando ese cuadro de síntomas es producto de la ansiedad, al hacer algo que te distraiga los síntomas desaparecen por un rato. Mirar la realidad con detenimiento puede ayudar a darnos cuenta de que todo se trata de nuestra ansiedad”.
Dijo que algunas personas ansiosas le comentan que su corazón late muy rápido y creen que les va a dar un infarto de tanto miedo.
“Eso es biológicamente imposible. La información es un asunto vital para enfrentar nuestros temores. Recordemos que hay mucha información y profesionales que nos pueden ayudar al respecto”.
El mayor temor de todos
La psicoterapeuta consideró que contagiarse con COVID-19 es el miedo más común entre la población desde el inicio de la pandemia, sobre todo entre adultos mayores debido a su vulnerabilidad frente al virus.
Ese miedo desmedido se hace tangible en la obsesión por lavarte las manos de forma compulsiva, no interactuar con personas ajenas a la casa, no ir al trabajo, no salir a la calle, tener problemas para conciliar el sueño, para comer, ya sea porque se come mucho o casi nada, sudoración excesiva, entre otros.
Lavarte las manos de forma compulsiva, a cada instante, es señal de ansiedad.
“La principal señal de que algo te está afectando es cuando empiezas a evitarlo o dejas de hacer aquello que antes hacías. Cuando ese miedo te limita, te impide desenvolverte en tu quehacer diario, a pesar de que tienes un equipo de seguridad o te hayas en un lugar seguro, incluso prefieres perder el empleo”.
La experta aconsejó no minimizar estas sensaciones y, por el contrario, prestar atención a la persona que afirma sentir todo. No debemos decirle «estas exagerando, no es para tanto, te voy a sacar a la fuerza uno de estos días», entre otras frases.
“Lo que ayuda es entender que es válido sentir miedo o ansiedad y que es preciso analizarlo para saber cómo ayudar. Nunca hay que dejar de dar valor a esas emociones. Hay que escuchar a la persona sin juzgarla”, agregó.
Cuando buscar ayuda
La psicoterapeuta recomendó buscar ayuda profesional cuando la sensación de agobio sea muy grande.
“Si sientes que se está limitando tu capacidad de estar tranquilo, de hacer cosas, de ser tú mismo, hay que buscar ayuda especializada, porque está afectando tu desenvolvimiento”.
Todo va a depender de la cantidad, intensidad y tiempo de duración de los síntomas que desencadenan el miedo. Si hay ataques de pánico, con la sensación de que te vas a morir y terminas en una emergencia porque no puedes respirar, allí se requiere de ayuda profesional.
La experta pidió a las mamás y papás no olvidar que son los modelos de sus hijos y que su adaptación a esta nueva realidad dependerá en gran medida de lo que ellos les comuniquen sobre la pandemia del coronavirus covid-19.
Cada familia debe tener espacio de ocio para mantener una actitud saludable frente a la vida.
“Si la mamá dice todo el tiempo a su pequeño ‘no tienes que salir porque afuera la gente se está muriendo’, ellos en su cabecita imaginan que la gente cae muerta y que todo es como una película de terror. O aquellos padres que siempre dicen que las clases virtuales son difíciles y que no se puede aprender así, los hijos pensarán lo mismo”.
Recomendó tener espacios fijados dentro del día para la recreación y el descanso, a fin de mantener un clima saludable dentro de casa, evitando estar enfocados únicamente en pandemia.
Fuente: Andina