La JNJ suspendió en sus funciones al fiscal supremo Tomás Gálvez por una “presunta” participación en “Los Cuellos Blancos”. Argumento ilícito y abusivo como lo fue la justicia estalinista con los Procesos de Moscú. El fiscal Gonzalo Chávarry ya se presentó ante tan arbitrario tribunal. Ha sufrido una artera campaña de linchamiento mediático. Muy probablemente también lo suspenderán para que no “interfiera” en las investigaciones. El mismo razonamiento perverso de la prisión preventiva impuesta por los cuestionados fiscales anticorrupción.
Sancionar provisionalmente por sospechas e indicios es violatorio del debido proceso. Una corte internacional no avalaría este desaguisado. Apartar a estos fiscales supremos solo tiene un propósito político: el control del JNE y de la Junta de Fiscales. Los cargos imputados a Chávarry son deleznables: relacionarlo abusivamente con el fantasioso caso de “Los Cuellos Blancos”, mentirle a la prensa. ¡Insólito! y deslacrar oficinas, cosa que no ocurrió.
A la JNJ le dieron demasiado poder y, desafortunadamente, muchos de sus integrantes son personas de dudosa imparcialidad. Su presidente fue ministro de Justicia de Humala, un gobierno probadamente corrupto. Pero no oyó ni vio nada. Asimismo, rubricó un comunicado de exministros humalistas protestando por la prisión preventiva de Humala-Heredia considerándola “arbitraria”, y que “fue impuesta sin fundamento razonable, en clara violación del derecho de presunción de inocencia al que todo investigado tiene derecho”.
Finalmente, declaró que la juramentación de Chávarry “sería ilegal”. Si es neutral debe inhibirse o votar en contra de suspender a Chávarry quien, como todos, tiene el derecho de presunción de inocencia. La ponente en la JNJ fue Imelda Tumialán, aunque su nombre no se conoció. ¿Por qué la clandestinidad? Dejó la fiscalía por un desempeño gris y trabajó en la Defensoría con Walter Albán, ‘archienemigo’ público de Chávarry.
Su acusación se basa “por el mérito de la denuncia periodística del diario ‘La República’ y de las transcripciones de los audios”, que no presentan, lo cual es ilegal. Los medios devinieron en órgano disciplinario de Fiscalía. Ella tampoco será imparcial. Tenemos una justicia de bandos y politizada.
La parentela de Martín Vizcarra se enquistó en el poder. ¡Cuatro cuñados y una concuñada trabajan en el Estado! Además de los parientes de Miriam Morales, secretaria de Palacio, y del privilegiado Richard Swing. La prensa gobiernista, los congresistas y ‘oenegeros’ que lapidan a Chávarry no dicen ni pío.
Tampoco mencionan la participación de Vizcarra en el ‘Club de la Construcción’, Graña y Montero, el caso Chinchero y sus 42 investigaciones fiscales. Todo es silencio. Tenemos un premier a quien Nadine Heredia le dio “la luz verde” y no sabremos más del inútil satélite que adquirió, ni de los helicópteros rusos. ¿La JNJ suspenderá al vocal supremo César San Martín por pedir favores al ‘cuello blanco’ mayor? Improbable. El PJ desconfía de la JNJ.
Escribe: Mariela Balbi – periodista /Expreso