“Si algunas municipalidades, en tiempos normales, no logran brindar a sus vecinos un recojo adecuado de residuos sólidos en los domicilios, es obvio que sin los suficientes recursos económicos podrán menos con el problema”.
La Ley Orgánica de Municipalidades señala que los gobiernos locales tienen como finalidad promover la adecuada prestación de los servicios públicos locales, además de recaudar los tributos para poder cubrir los costos que implica brindar algunos servicios, entre ellos los arbitrios de limpieza pública y serenazgo. Sin embargo, considero que es necesario que el Ejecutivo tome previsiones respecto de estas prestaciones en tiempos de emergencia por el coronavirus.
Ante la cuarentena decretada por el Gobierno Central, es importante tener en cuenta una estrategia para evitar que se ponga en riesgo la limpieza pública y el serenazgo a cargo de los municipios, debido a que estos no vienen haciendo el cobro de este concepto. Además, los vecinos, por la crisis económica, tendrán que dar prioridad al pago de sus obligaciones con bancos, escuelas y gastos en alimentación y servicios básicos. Si se contrapone todas estas urgencias con el pago de los tributos municipales, indudablemente se preferirá lo primero.
En el país existen dos escenarios: i) municipalidades que cuentan con compactadoras, personal de limpieza y maquinaria propia para brindar este servicio, y ii) municipalidades que no cuentan con una flota propia de limpieza, ni personal, por lo que tercerizan el servicio con empresas dedicadas a este rubro. Sin embargo, ambos casos tienen como común denominador la necesidad de pagar, a fin de mes, a sus trabajadores.
Si algunas municipalidades de Lima y de provincias, en tiempos normales (no de crisis), no logran brindar a sus vecinos un recojo adecuado de residuos sólidos en los domicilios, es obvio que sin los suficientes recursos económicos podrán menos con el problema.
Del total de 1,874 municipalidades, casi todas, a excepción de algunas con altos niveles de recaudación –que no superan un número de cuatro o cinco–, se verán afectadas en su presupuesto para el pago de trabajadores de limpieza, combustible, etc. Todos gastos inherentes a este servicio.
El Ejecutivo, entonces, debería dar una mirada a este tema. Más aun hoy que, al estar confinados en casa, se genera más residuos sólidos en los domicilios de lo que se produce normalmente. Según fuentes consultadas, los municipios recogen en promedio más de 22 mil toneladas al día en todo el país.
Una mención aparte merece el serenazgo, que constituye un gran apoyo en estos momentos en los que se requiere personas que colaboren con las fuerzas del orden. Existen más de 26 mil serenos a nivel nacional y, solo en la provincia de Lima, más de 12 mil. Aquí también podría correrse el riesgo de suspender el servicio debido a la baja recaudación.
Es necesario que el Ministerio de Economía y Finanzas adopte medidas ante la inminente baja en la recaudación de las municipalidades y decidir, por lo tanto, subsidiar estos servicios o autorizar a que las municipalidades puedan utilizar otras fuentes de financiamiento de su presupuesto para afrontar este gasto mientras dure la emergencia sanitaria. Con ello, los vecinos podremos exigir a los alcaldes que las calles del Perú permanezcan limpias y con la vigilancia del serenazgo. Servicios que, de estar garantizados, nos pondrá a la par con otros países desarrollados, donde estos aspectos son una prioridad para el combate al COVID-19.
Escribe: Bruno Crespo – El Comercio