Expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia de David Ulises Reátegui Apaza, periodista y subgerente de la Municipalidad de Carabayllo, quien fue asesinado en un acto de violencia que lamentamos profundamente. Este trágico suceso no solo nos deja con una sensación de impotencia, sino que también evidencia la preocupante inseguridad que se vive en nuestro país.
Es alarmante observar cómo cada día los asesinatos y actos de violencia continúan en aumento. Según declaraciones del Ministerio Público, en el Perú se registran aproximadamente seis muertes violentas diarias, lo que refleja una escalada preocupante en la criminalidad.
Desde el Ejecutivo, solo observamos acciones para las cámaras, con resultados que se diluyen en la superficialidad. La Policía Nacional del Perú está atada de manos por legislaciones que no la favorecen, y el ministro del Interior parece más enfocado en ganar notoriedad ante las cámaras que en aplicar políticas efectivas de seguridad. Hace ya bastante tiempo que se debió “tomar el toro por las astas” y poner en marcha una estrategia sólida y coordinada.
Es urgente que la Policía Nacional y los equipos de Serenazgo patrullen nuestras calles de forma conjunta y coordinada. El Congreso de la República debe ajustar la ley para proteger a los policías y trabajar en una legislación que permita el acceso a las bases de datos de personas implicadas en delitos, aprovechando el uso de cámaras de vigilancia con inteligencia artificial que están instaladas en varios distritos desde 2017, como en Los Olivos. Las fiscalías de prevención del delito deberían colaborar activamente en los centros de monitoreo de las cámaras de vigilancia.
Además, es fundamental que todas las comisarías estén interconectadas y que el Ministerio de Comunicaciones asigne banda ancha pública para que todos los entes del Estado puedan comunicarse entre sí en tiempo real, al igual que lo hacen muchos países en el mundo. Con esta medida, el uso de equipos celulares, radios y video comunicadores podría adelantarse a los delincuentes y hacer de nuestras ciudades lugares más seguros.
Exigimos que se tome acción real y efectiva para que no tengamos que lamentar más muertes en vano. Este no es solo un llamado a las autoridades, sino una demanda de cambio urgente por el bien de todos los peruanos.
Descansa en paz, David. Tu partida no debe quedar impune.
Pdr/