El intento de excusarse utilizando el paso del tiempo como justificación simplemente no resuelve el problema.
Los actos de abuso de poder y coacción, independientemente de cuándo ocurrieron, siguen siendo inaceptables y merecen ser condenados.
No podemos permitir que los implicados se escondan detrás de excusas vacías y traten de evadir su responsabilidad.
La integridad y la ética en la política no tienen fecha de vencimiento.
Es hora de que aquellos que ocupan cargos de poder asuman la responsabilidad por sus acciones y enfrenten las consecuencias de manera justa y equitativa, sin importar cuánto tiempo haya pasado desde que ocurrieron los hechos.
La ciudadanía exige transparencia, rendición de cuentas y un alto nivel de integridad en sus líderes políticos.
Es nuestro derecho y nuestro deber como sociedad exigir un cambio real y una cultura política más ética y responsable.
Escribe: PR