“La camisa blanca remangada, sus apariciones en vivo por TikTok, declararse pet friendly públicamente no lo van a sostener”.
La herencia comunicacional Castillo-Boluarte será recordada por su distanciamiento con los medios de prensa, la falta de claridad estratégica en momentos de crisis y la poca transparencia en el acceso a la información. Dicho en otras palabras, por desconectados y evasivos (aunque puede usted, estimado lector, usar el mejor calificativo).
Esta columna no tiene la intención de hacer un análisis de comunicación política gubernamental; por el contrario, es un llamado a reconocer que la comunicación es una herramienta importante que puede generar cierta legitimidad si la ciudadanía percibe acciones ejecutadas efectivamente. Sin embargo, no es suficiente si no se gestiona. Además de tener, si se quiere, “la suerte” de que después de Dina Boluarte percibamos lo que sea como “mejor”.
El hoy encargado presidencial, José Jerí, no tiene tiempo. Su principal encargo es “apagar incendios” más que atreverse a proponer grandes transformaciones. Y espero no herir susceptibilidades: Jerí, el único protagónico que tiene en sus manos, es el de gestor transitorio con sentido de realidad y urgencia. Ya pasaron doce días en medio de graves cuestionamientos, recordatorios legislativos incoherentes a la crisis de inseguridad que hoy lidera, un manifestante asesinado en la marcha y, hoy, a la espera de que su gabinete obtenga la confianza del Congreso. Esto último es un hecho.
Entonces, no perdamos el tiempo: toca sincerar. Esta sesión en el Pleno no debería durar horas; por el contrario, tiene que ser lo más sincera, clara y breve posible. El premier Ernesto Álvarez debe llevar una propuesta que haya respondido la siguiente pregunta: ¿qué nos alcanza para hacer? Priorizando la lucha contra la criminalidad y siendo coherente con el lema “de la defensiva a la ofensiva” que promociona en su cuenta de X el mismo Jerí. Y, al mismo tiempo, responder con gestos, porque sí, por trillado que suene, los gestos en política importan mucho, sobre todo en incertidumbre. El binomio Jerí-Álvarez tiene que hablarle al ciudadano a bocajarro sobre lo que hace ruido de ellos mismos, sin ideologías de por medio, porque la única garantía será lo que hagan al 2026. Entonces, un primer gran anuncio coherente sería la derogatoria de las leyes pro crimen avaladas por José Jerí congresista de ese entonces.
Pero si nada de esto ocurre, las redes serán el boomerang del desgaste para su transición, señor Jerí. La camisa blanca remangada, sus apariciones en vivo por TikTok, declararse pet friendly públicamente no lo van a sostener. Esperemos que su transición no sea como dice la canción: “la foto, el video… la chicanería…”.
Fuente: El Comercio – Claudia Chiroque es periodista y abogada
