La última propuesta de destituir al mandatario provocó “una disputa entre débiles”, destaca analista político. El Ejecutivo y el Parlamento llegaron desprestigiados a un nuevo escenario de confrontación.
Por segunda vez en apenas ocho meses de gobierno, la oposición parlamentaria intentó vacar al presidente Pedro Castillo por presunta incapacidad moral permanente.
Castillo acudió el lunes ante el pleno del Congreso con su abogado, José Palomino Manchego, para defenderse, pero no respondió por diversos cuestionamientos que pesan en su contra. No se refirió a las reuniones que sostuvo en la casa del pasaje Sarratea, en Breña; a las acusaciones de la lobista Karelim López, a las denuncias por presunta injerencia en los ascensos militares, ni a ningún otro caso que provocó investigaciones fiscales.
“No asume responsabilidad por actos por los que está cuestionado, como la falta de transparencia y el nombramiento de algunos ministros. No fue en plan de aclarar los cuestionamientos, sino de culpar a los medios”, señaló la politóloga Katherine Zegarra en diálogo con nuestra fuente.
El periodista y analista político Pedro Tenorio añadió que “fue más una defensa política desde el plano de la victimización, de quien señala o acusa un complot”.
Durante su intervención, Castillo aseguró que pretenden destituirlo en base a “reportajes periodísticos tendenciosos, contradictorios y sin corroboración”. El mandatario añadió que la moción “es el mejor ejemplo de cómo el juicio mediático” se ha impuesto.
Aunque en opinión del director de GFP, Jeffrey Radzynski, más allá de que el presidente no haya aclarado una serie de cuestionamientos, hizo bien en presentarse ante el Congreso, pues la norma permitía que solo asista su abogado.
“Ha buscado atenuar la confrontación. Y ya venía con ese discurso desde hace semanas. Ha hecho un mensaje general, político, más para el 25% que lo respalda o, sobre todo, para los millones de peruanos que si bien desaprueban su gestión, no están a favor de la vacancia”, añadió.
Ejecutivo vs. Congreso, una disputa entre débiles
Radzynski, Zegarra y Tenorio coincidieron en que el presidente Castillo y el Congreso salen debilitados del proceso de vacancia presidencial. “Ninguno se fortalece. Se trata de una disputa entre débiles, entre liderazgos muy tenues”, señaló el primero.
Radzynski añadió que en ocho meses de gestión, la desaprobación del presidente Castillo y del Congreso es mayor a la que tuvieron sus antecesores.
El 66% de los peruanos desaprueba la gestión de Castillo y el 70 % desaprueba al Congreso, según la última encuesta El Comercio – Ipsos, realizada el 8 de marzo pasado.
Tenorio coincidió en destacar que “está tan desprestigiado el presidente como el Congreso y eso se suma a la actitud de hartazgo que tiene la ciudadanía [con sus autoridades]”.
Un hecho ocurrido el lunes en el Congreso permite entender los motivos del desprestigio. Cuando el abogado de Castillo esgrimía los argumentos para rechazar la vacancia, la sesión del pleno se vio interrumpida por la congresista Vivian Olivos, de Fuerza Popular, quien se negó a retirar un cartel con la frase “vacancia ya”, que previamente colocó en su escaño.
“La imagen de parlamentarios arrancándose un cartel aumenta el descrédito que tienen. Esto hace que se debilite la moción de vacancia al menos a los ojos de la ciudadanía”, señaló Zegarra.
Para Tenorio, la oposición parlamentaria “pisa el palito y se presta para zarandeos que no le hacen bien al Congreso”.
Además, la frecuencia con la que se recurre al procedimiento de la vacancia presidencial ha provocado que la ciudadanía pierda interés en ese procedimiento, consideró Radzynski. “Apostaría que la gran mayoría no está atenta a la presentación del presidente ni al debate, sino a otros asuntos. Hemos convertido en algo casi cotidiano y recurrente un asunto que debería ser excepcional, y eso le resta mucho peso en el debate ciudadano”.
En los últimos seis años, se presentaron dos mociones de vacancia presidencial contra Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), dos contra Martín Vizcarra (2018-2020) y dos contra Pedro Castillo (2021-hasta la actualidad), una situación inédita en la historia republicana del país.
“La ciudadanía lo que quiere es que los congresistas produzcan, pero si este esfuerzo termina en nada, genera la sensación de que se ha perdido el tiempo. Ambos [Congreso y Ejecutivo] terminan desprestigiados y seriamente desgastados con un proceso que no llega a buen puerto, donde hay mucho desorden y oportunismo”, señaló Tenorio.
¿Habrá un tercer intento de vacancia?
Radzynski consideró que en los próximos meses, el Congreso podría orientarse hacia un control político más efectivo, “porque lo que hemos visto hasta ahora es solo un ministro censurado, pocas interpelaciones y mucho discurso para la tribuna a través de medios de comunicación”.
En la gestión de Castillo, el único ministro censurado ha sido Carlos Gallardo, extitular de Educación.
El director de GFP también estimó que con el transcurrir de los meses se posicionarán algunas figuras en el Congreso con mayor liderazgo, tanto en la oposición como en el oficialismo. Por ahora no hay figuras capaces de congregar a la ciudadanía.
“Lo que hemos visto es una debilidad muy grande de los liderazgos. […] No hay elementos aglutinadores ni en la calle ni en el Parlamento, y están dando vueltas sobre el mismo eje”, señaló.
También estimó que la oposición parlamentaria impulsará una tercera moción de vacancia presidencial.
En opinión de Zegarra, hoy los parlamentarios están desorganizados y no pueden lograr ni siquiera un mínimo de acuerdo para trabajar en armonía, como lo demostró el incidente que protagonizó la legisladora Olivos.
Sin embargo, precisó que, pese a parecer complicado que se pongan de acuerdo para alcanzar una vacancia presidencial (se requieren 87 votos como mínimo), “el Congreso es una institución altamente impredecible”.
En tanto, Tenorio estimó que se agravarán los conflictos entre el Ejecutivo y el Congreso. “Hoy no lo vacan, pero sentirán que han estado más cerca de ese objetivo. Mientras tanto, Castillo no va a corregir sus errores, no convocará a gente más idónea ni tomará decisiones de manera más enfática. Me temo que persistirá en los vicios que ya le conocemos”, señaló.
Sin embargo, sobre la opción de una tercera moción de vacancia, cuestionó: “¿Hasta qué punto el Congreso es capaz de seguir disparando balas de salva?”
Fuente: El Comercio – Martín Calderón