La fiscal de la Nación, Patricia Benavides, negó ante la Comisión de Fiscalización del Congreso liderar una organización criminal al interior del Ministerio Público, y descartó que los presuntos chats de su ex asesor la impliquen en actos delictivos.
“Rechazo las mentiras, fui convocada para informar una calumniosa imputación de ser líder de organización criminal enquista en el Fiscalía de la Nación, la desmiento totalmente. No hay organización criminal en el Ministerio Público”, aseguró.
Indicó que la falsa imputación de una organización criminal es consecuencia de haber ejercito sin termo el cargo de fiscal de la Nación y haber tomado acciones sustentadas en el derecho y la legalidad.
Apetito de poder
En relación al cambio de la fiscal Marita Barreto de la coordinación del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción, Benavides dijo que hace un “mea culpa de haber confiado en una coordinadora que sucumbió ante el apetito de poder”.
Preciso que al interior del Ministerio Público se sabía bien que se iba cambiar a Barreto por los cuestionamientos derivados del tratamiento procesal de la información con propósito mediáticos y no jurídicos.
“Barreto sabia del cambio y solicito quedarse hasta el 7 de diciembre para conmemorar y ser galardonada por la detención de Pedro Castillo, lo real era que estaba ganando tiempo para presentar un organigrama que fabricaba la supuesta organización criminal y atornillarse en el cargo de coordinadora” indicó.
Chats manipulados
Asimismo, dijo que la presunta imputación de organización criminal se sustenta en “chats manipulados que no revelan acto delictivo” sino opiniones políticas de una persona, sin respuesta de interlocutor.
Opiniones políticas no son delitos
“Confío en que consideren que las opiniones políticas no son delitos, no pueden ser usados para inventar responsabilidad en contra de quien lo no la ha expresado”, manifestó.
En cuanto al archivamiento de una investigación en contra de un grupo de parlamentarios conocidos como Los Niños, sostuvo que disposición fiscal es impecable y que jamás ha recibido a cambio propuesta de intercambio de prebendas con nadie, menos con congresistas.
Su decisión, según dijo, se basó en la respuesta de la fiscal Barreto, quien dijo que no obraba en su poder declaración de un colaborador que delató a congresistas como beneficiarios de dinero o prebendas.
“No había elemento objetivo que sostuviera la denuncia formulada y correspondía no haber mérito a la investigación. No he cometido acto arbitrario ni ilegal”, apuntó.
Campaña mediática
Consideró que a partir de los chats de su exasesor Jaime Villanueva se inició una campaña mediática en su contra, con especulaciones sobre la actividad interinstitucional con el Congreso y buscando precipitar una investigación en su contra.
En cuanto a las investigaciones de la fiscal Barreto, cuestionó que no era competente para investigarla, se dispuso el secreto de la investigación fuera de los límites legales, se recibió la supuesta prueba electrónica violando los protocolos del Ministerio Público y se manipularon los pantallazos de los chats, entre otros.
Venganza política
Consideró que habría en su contra una venganza política para sacarla del cargo tras la denuncia constitucional que presentó contra la presidenta de la república y el presidente del Consejo de ministros en torno a las víctimas ocurridas durante las protestas.
En ese marco, refirió que quienes buscan su salida quieren politizar la labor del Ministerio Público, encubrir a visibles personajes implicados en corrupción que goza de impunidad y las violaciones de derechos humanos.
Al cierre de esta edición, la fiscal de la Nación responde las preguntas de los legisladores.
Fuente: Andina