Es de resaltar la unidad de los medios de comunicación para fijar posición en torno al terror que significó el accionar de SL y su cabecilla Guzmán.
Nadie quiere terrorismo en el Perú de ningún tipo. Menos que los remanentes de la subversión, sumen adeptos.
Necesitamos ponerle una lápida a los violentistas, asesinos, militantes, simpatizantes de cualquier grupo terrorista que amenace el precario proceso democrático en nuestro país, que endeble, jaqueado, amenazado y hasta golpeado se mantiene de pie, firme, dispuesto a luchar por la paz y tranquilidad, sin corruptos, ni corrupción en el presente y futuro de nuestra patria EL PERÚ.
Escribe: Guillermo Avendaño – periodista