Llegó a Carabayllo luego que reconciliara a su familia, Yanina es la esposa del alcalde del distrito, Marcos Espinoza Ortiz, no paso mucho tiempo para percatarse de la penosa situación que atravesaban las personas de bajos recursos asentadas en los asentamientos humanos que rodean el distrito, quienes ante la falta de trabajo ocasionada por la pandemia, no tenían muchas de ellas ni que comer, esta situación afectaba sobre todo a los niños.
Contando con el apoyo de su esposo, de amigos empresarios y cristianos, fue reuniendo donativos, y así comenzó a visitar los cerros del distrito cada fin de semana, llevando víveres para las ollas comunes que las madres de estas partes altas habían organizado, las visitas se hicieron más frecuentes y nuevas ollas comunes fueron recibiendo su apoyo.
A medida que iba conociendo la necesidad de los sectores más vulnerables del distrito, fue consiguiendo más donaciones. Y comenzaron a llegar las cocinas, los balones de gas y las ollas. Yanina, veía como el crudo invierno en las partes altas de los cerros era más inclemente, pueblos enteros tapados por una constante neblina, y allí encontró niños afectados por el frio, entonces les fue llevando abrigo, ropa polar, casacas para ellos.
Madre de tres hijos, Yanina Palomino, es una mujer de fe, vivió en carne propia la pobreza, recordaba en voz alta, como transportaba agua hasta su casita ubicada en un cerro de Villa Esperanza, su fe cristiana es la que motiva e impulsa su solidaridad para ayudar a personas vulnerables en los momentos más dramáticos de sus vidas.
“Ella es la madre de las ollitas comunes”, señala con una mezcla de admiración y alegría Felipa Valverde, una madre luchadora quién a su olla común le ha puesto el nombre de su benefactora. “Ella es una mujer muy buena y cristiana, ella apareció cuando no teníamos nada y nos trajo víveres, nos trajo esperanza y también muchos consejos, por eso todas las ollitas la queremos como si fuera nuestra madre”, añade esta presidenta de la olla común.
Todas la quieren, ella se ha ido ganando sus corazones con su lenguaje simple y sencillo, a veces les habla como una madre a sus hijos, dándoles consejos, pidiéndoles que traten bien a sus pequeños y a sus esposos, que tengan fe y esperanza, en otros momentos bromea con ellas. “A veces parece una niña inocente”, nos dice sonriente la beneficiaria de una olla común.
“Todo esto no es obra mía vecinas, es obra de Él”, asegura Yanina mirando al cielo, atribuyendo todo lo que hace a Dios, por eso rechaza enfáticamente cualquier aspiración política “eso no lo van a ver vecinas”, exclama con firmeza.
Esa transparencia y carencia de todo interés personal, explica la admiración de las personas más sencillas, quienes dejan de lado sus rencillas internas siguiendo sus consejos. Ahora ellas tienen un poco más de fe en que las cosas mejorarán cuando termine la pandemia, la misma fe que les trasmite Yanina Palomino.
Fuera de juego
A la fecha Yanina Palomino ha conformado el Comité de Damas de Carabayllo con el cual viene gestionando más apoyo para las cerca de 80 ollas comunes que existen en Carabayllo.
Escribe: OLN