La Decana de América, cuenta con el primer puesto en la producción científica en el Perú.
Fiel a su rol protagónico en la historia del Perú, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMM) conmemora, hoy miércoles 12 de mayo, 470 años de su fundación, a la vanguardia en la lucha contra la pandemia del Covid-19 que ha conmocionado la vida de peruanos y del resto del mundo.
En este contexto, y con el propósito de reunir en esta fecha a la comunidad sanmarquina, mediante las redes sociales se transmitirá a las 10.30 a. m. la sesión solemne de aniversario; y a partir de las 5.30 p. m. el coloquio “Llegó el Bicentenario: la Universidad de San Marcos en el proceso emancipador”.
La conmemoración continuará hasta el 30 de julio con actividades online como el Premio a la Investigación 2021; la develación de una placa que recuerda la participación de la UNMSM en el proceso emancipador; la presentación de los elogios a los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar y su presencia en San Marcos; y la ceremonia por la renovación del juramento de adhesión y fidelidad a la Independencia del Perú, realizado por la UNMSM el 30 de julio de 1821.
La primera aula de San Marcos fue la sala de un convento en el Centro de Lima. El 2 de enero de 1553, la futura Decana de América iniciaba sus funciones con un primer acto oficial en la Sala Capitular del Convento del Rosario de la orden dominica, a una cuadra de la plaza de Armas.
Habían pasado veinte meses desde que, el 12 de mayo de 1551, se fundara la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), mediante la Real Cédula, dada en Valladolid por el rey Carlos I de España y la reina Juana I de Castilla, su madre.
Bula Papal
La semana pasada, la UNMSM dio a conocer la Bula Papal del sumo pontífice Pío V, del 25 de julio de 1571.
Se trata del segundo documento fundacional de la UNMSM. No solo confirmó la creación de la entonces llamada Universidad de la Ciudad de los Reyes, sino que le dio validez internacional y le permitió el título de Real y Pontificia.
Como recordó la Comisión Organizadora del 470° Aniversario de la UNMSM, la Bula Papal permitió el inicio de primeras reformas sanmarquinas, entre ellas, el elegir a su primer rector laico, Pedro Fernández de Valenzuela.
Camino a la República
El historiador Ricardo Pinto-Bazurco señala que durante el periodo virreinal la San Marcos “arrastró una lánguida vida institucional” debido al poder absolutista dominante.
Sin embargo, hubo excepciones a la regla. En ese campo destacado de la labor intelectual figuran Diego de León Pinelo o Pedro Peralta (Doctor Océano), además de investigaciones sobre el aimara y quechua, entonces denominados “lenguas de indios”.
San Marcos tendrá un papel importante en la gesta emancipadora, que se forjaría de la coalición de modelos educativos colonialista y democrático.
Pinto-Bazurco destaca de esta época el desempeño de José Javier Leandro de Baquíjano y Carrillo, quien estimuló a una generación con los nuevos vientos de las ideas independentistas. También Pablo Antonio José de Olavide, Fray Melchor de Talamante, Vicente Morales y Duárez y el gran maestro de las ideas libertarias, Toribio Rodríguez de Mendoza.
Hijos de estas lecturas libertarias versus la escolástica serían los “carolinos” (como se conocía a los sanmarquinos) José Faustino Sánchez Carrión, José Gregorio Fernández, Hipólito Unanue y otras piezas vitales de la política y la ciencia del Perú germinante.
Guerra con Chile
Otro capítulo importante donde se vio la presencia de los sanmarquinos fue en la Guerra del Pacífico (1879-1884).
En La Universidad Mayor de San Marcos y los sanmarquinos durante y después de la Guerra con Chile, el investigador Julio C. Buenaño Olivo pone en evidencia el protagonismo de la comunidad sanmarquina en la campaña marítima y terrestre, desde la defensa de las salitreras de Antofagasta y Tarapacá. O el pronunciamiento sobre el Tratado de Alianza Defensiva peruano-boliviano.
Buenaño recuerda que la defensa del territorio patrio de los sanmarquinos fue material, económica, logística, de salud y propaganda, amén de la disposición de las altas autoridades para el trabajo de catedráticos en diversas acciones como la organización de las ambulancias del Ejército. O que las facultades de Ciencia, Teología, Ciencias Políticas y Administrativas, Jurisprudencia o Letras ofrezcan alrededor del 20% de sus haberes mensuales para salvaguardar la patria.
Desde el punto de vista militar per sé, los sanmarquinos integraron la “Legión Carolina”, pero se disolvió porque el gobierno no autorizó que vaya al frente. (Se corría el riesgo de perder a la intelectualidad peruana).
Sin embargo, como señala Buenaño, diversos jóvenes sanmarquinos se alistaron y viajaron a las campañas del sur. José Andrés Torres Paz, Manuel Eduardo Lecca o Augusto Eron Bedoya se enrolaron como subtenientes en el regimiento “Dos de Mayo” y participaron en las batallas de San Francisco y Tarapacá, integrando el famoso batallón “Zepita”, bajo las órdenes de Andrés A. Cáceres.
Ellos volverían a escena en las batallas de San Juan y Miraflores (1881). En esta última, fallecería batallando Torres Paz. A Lecca y Bedoya se sumarían otros estudiantes, egresados y docentes sanmarquinos a las fuerzas de Cáceres en la sierra central.
El investigador da a conocer una lista de sanmarquinos que destacaron por su entrega y valor en la Guerra con Chile como en la posterior reconstrucción nacional.
Intelectuales del XX
Ricardo Pinto-Bazurco resalta que en el siglo XX de San Marcos es muy importante la llegada de las mujeres a las aulas.
Los albores de esta historia se dan con Esther Festini Llerena. Para que esta dama ingrese a la facultad de Letras, el Congreso tuvo que emitir en 1899 una resolución legislativa la cual se comunicó al Ministerio de Instrucción. En 1902 seguiría el mismo difícil proceso de admisión María Luisa Molinares.
Recién seis años después, el presidente Augusto B. Leguía promulgaría una ley que permitiría a las mujeres, que reúnan los requisitos, postular y matricularse en cualquier universidad del país.
Los inicios del XX fueron también el de la llamada Generación de 1908, jóvenes intelectuales forjados en San Marcos como José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, Aurelio Miró Quesada, Ventura García Calderón. Serían nombres vitales para la reforma universitaria de 1919.
El siguiente conjunto importante de sanmarquinos sería la Generación del Centenario, conformada por Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre, Luis Alberto Sánchez, Víctor Raúl Haya de la Torre, Ricardo Vegas y otros. Ellos se manifestaron frente al “tiránico régimen” de Sánchez Cerro.
La democratización de las aulas permitiría absorber a los jóvenes provincianos, ampliando el anclaje de la casa de estudios con el país.
Las Ciencias y las Letras han dado desde entonces grandes nombres de la UNMSM para el mundo, como el Premio Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa, José María Arguedas, Ella Dunbar Temple, Ruth Shady, Pablo Macera, Miguelina Acosta, Carlos Araníbar, Jorge Puccinelli y Hugo Neira, verbigracia.
Y su proyección para el bicentenario continúa en esa senda de construcción del pensamiento crítico al servicio del país. Feliz aniversario, alma máter del Perú.
Escudo en el tiempo
De acuerdo con Marcel Velázquez, director general de Biblioteca y Publicaciones de la UNMSM, el Escudo de San Marcos, símbolo mayor de esta casa de estudios, ha presentado diversas modificaciones desde que fue impreso por primera vez en 1602, con un león alado en la parte superior (símbolo del apóstol San Marcos).
En 1735 el león fue reemplazado por un querubín. El sello fue grabado en plata en 1795. En 1938 se varió el nombre de la universidad; y para el nuevo milenio, hay un diseño del 2001 que resumen esta larga tradición.
Fuente: Andina