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“El gran reto será tratar de exponer las más de 9.000 candidaturas que están en juego”.

Los partidos van revelando a sus candidatos para las elecciones primarias, y cada lista es peor que la anterior. Una primera revisión –de las pocas listas transparentadas hasta la fecha– evidencia al menos 15 candidatos con problemas judiciales: prófugos, inhabilitados y procesados, según reveló un informe de la Unidad de Investigación de El Comercio. Acá exploramos tres patrones que se repiten en las listas.

1) Sin filtros rigurosos: la lista de candidatos con antecedentes será mayor y se irá conociendo conforme se transparenten. Varias agrupaciones se resisten a publicar los nombres de sus candidatos –tal como establece la normativa– en sus portales web con el único fin de que no salgan a la luz los problemas que arrastran. Esto demuestra que una vez más ha primado la improvisación, las cuotas partidarias y la compra de cupos para curules. Esto último es lo más peligroso, porque es la principal vía de infiltración de las economías ilegales en la agenda legislativa.

2) Falta de cuadros técnicos: existe un claro criterio de ‘lealtad’ que predomina sobre todo en los primeros números de las listas. Los partidos son conscientes de que, en este proceso en particular, el voto de arrastre presidencial y la cifra repartidora serán más determinantes que en procesos anteriores. Bajo esa lógica, los votos preferenciales de los candidatos al Congreso bicameral pasan a segundo plano.

En esa línea, las agrupaciones han colocado en el top de sus listas a sus cuadros más ‘leales’, pensando que eso les garantizará evitar transfuguismos en una eventual composición fragmentada del Congreso de dos cámaras. Pensemos en APP: sus primeros números del 2021, Gladys Echaíz y Roberto Chiabra, terminaron fuera. El argumento es válido, pero configura un riesgo en la futura composición legislativa, en la que todo apunta que tendrá un perfil muy similar al actual, con miembros populistas, y no solo en lo económico. Esto abarca a todos los partidos, incluso los que se espera que apuesten por criterios técnicos, como Renovación Popular o Fuerza Popular.

3) Sin renovación: el segundo patrón que se repite es que los partidos no han sabido constituir nuevos liderazgos. Fuerza Popular ha recurrido a excongresistas de quienes no se recuerda alguna propuesta legislativa positiva, o que no habrían estado en el radar si no fuera porque lograron altos puestos en el Congreso, no por sus especialidades académicas, sino por su afiliación partidaria.

Renovación Popular va en la misma línea. Ha sabido dar espacio a excongresistas con experiencia que supieron destacar en períodos pasados, pero esto se opaca porque en los altos números se posicionan sus actuales congresistas sin nada que destacar, ni en lo legislativo ni en lo fiscalizador ni en lo representativo. Ni qué decir de APP. El partido de César Acuña ha vuelto a darle la oportunidad a congresistas investigadas por mocha sueldos.

El gran reto será tratar de exponer las más de 9.000 candidaturas que están en juego. Y esa es una labor que nos compete a todos si no queremos repetir un período legislativo como el actual.

Fuente: Martin Hidalgo es jefe de la Unidad de Investigación de El Comercio.

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