Cada 10 de setiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio con el objetivo de prevenir, sensibilizar y concientizar sobre este tema. Según la OMS, el suicidio es la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
El suicidio sigue siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, cobrando casi 800 mil vidas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por tal motivo, al conmemorarse el Día Mundial de la Prevención del Suicidio cada 10 de setiembre, se busca concientizar y movilizar a la sociedad con diversas acciones para prevenir este problema de salud pública.
Ante situaciones de recesión económica, desempleo y otros problemas sociales, el porcentaje de suicidios se ha incrementado en la última década; esto generó reflexión respecto de los modelos de intervención planteados por los organismos de salud, centrando su atención en lo biológico o en la patología. En ese sentido, es crucial entender que el suicidio es prevenible y que, con la correcta intervención, educación y apoyo emocional, muchas vidas pueden salvarse.
“La prevención del suicidio implica reconocer los factores de riesgo, ofrecer recursos adecuados y promover un ambiente donde las personas sientan que pueden buscar ayuda sin temor a ser juzgadas”, afirmó la Dra. Elizabeth Chero, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad César Vallejo.
Suicidio en jóvenes
Los datos globales y nacionales sobre el suicidio en jóvenes son alarmantes. Según la OMS, es la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. En muchos países, los intentos de suicidio son más comunes entre adolescentes, especialmente en aquellos que enfrentan problemas de salud mental, acoso, abuso o disfunción familiar.
La especialista menciona que la detección temprana de señales de conductas suicidas es esencial para su prevención. “Algunos de los indicadores más comunes incluyen cambios drásticos en el comportamiento, como el aislamiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, hablar abiertamente sobre el deseo de morir o sentirse sin esperanza, así como cambios en los hábitos alimenticios o de sueño. Identificar estos signos y actuar de manera inmediata puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”, añadió.
La prevención del suicidio es una responsabilidad compartida que inicia con la sensibilización y la educación en todos los entornos de la sociedad. Resulta primordial fomentar la educación sobre la importancia de la salud mental desde edades tempranas.
Por tal motivo, es vital ofrecer apoyo a quienes lo necesitan, ya sea escuchando activamente, ofreciendo recursos o guiándolos hacia profesionales capacitados. Si tú o alguien que conoces necesita orientación en salud mental, puedes llamar gratis al 113, opción 5, o acercarte al centro de salud más cercano.