El paro de transportistas genera pérdidas en varios sectores económicos. Destacado economista y docente de la Universidad César Vallejo (UCV) indicó que la medida impacta en el comercio, la productividad y la movilidad.
El paro de 72 horas iniciado por transportistas el pasado 10 de octubre generó una serie de interrogantes sobre su impacto económico en sectores claves. Con el objetivo de exigir medidas drásticas ante la inseguridad, esta interrupción en el servicio de transporte público tiene consecuencias que van más allá del tráfico y la movilidad. Bernardo Cojal, destacado economista y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), analizó los efectos directos e indirectos de esta medida de fuerza.
Uno de los principales motores de este paro es la creciente ola de extorsiones que afecta tanto a trabajadores como a empresas. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, el 85.9 % de peruanos se siente inseguro. Además, el porcentaje de victimización es del 27.7 %, cifra que es la más alta en los últimos 8 años.
Impacto de la inseguridad en la economía
La inseguridad obliga a diferentes sectores, como el de transporte, a incrementar gastos en seguridad privada y seguros, complicando aún más su economía. “Los costos directos incluyen pérdidas en ventas, producción y salarios no pagados, mientras que los costos indirectos abarcan daños a la infraestructura, pérdidas en inversión y turismo”, indicó Cojal.
Como se recuerda, una de las medidas dictadas por el Gobierno para frenar los altos índices criminalidad, fue decretar estado de emergencia por 60 días en 14 distritos de Lima Metropolitana y Callao. “Es insuficiente decretar estados de emergencia, la inseguridad generalizada va mucho más allá del tratamiento punitivo y persecutorio”, consideró el especialista.
Afectación al comercio, turismo y transporte
El impacto del paro es particularmente fuerte en sectores como el comercio minorista, el turismo y los servicios. Según Cojal, los trabajadores informales y de bajos ingresos también sufren grandes pérdidas, mientras que el sector de transporte y logística ve interrumpida sus operaciones. La situación podría empeorar si la inseguridad persiste, afectando a más sectores y acentuando la crisis.
Por otro lado, la interrupción del transporte dificultad el día a día de millones de ciudadanos, especialmente en zonas periféricas y de alta densidad poblacional. El economista explicó que la productividad laboral también se ve seriamente afectada por el paro, ya que los retrasos, ausencias y el estrés generado por viajes largos reducen la eficiencia y el rendimiento de los trabajadores.
Finalmente, el docente vallejiano precisó que el flujo de clientes en pequeños y medianos comercios disminuyó drásticamente debido a la falta de transporte público. “Industrias dependientes de las entregas ‘Just-in-time’ también se ven muy impactada”, añadió.
Es importante señalar que, en el primer día de paralización, los principales centros de abastos de Lima Norte, como los mercados Huamantanga y Unicachi, cerraron sus puertas para plegarse a la medida de lucha de los transportistas. Con una economía en recuperación, medidas como esta podrían generar un retroceso en sectores claves, afectando no solo a empresas grandes, sino también a los pequeños comerciantes y a los ciudadanos en general.