“El trabajo de un fiscal debe estar más en la investigación que en la publicidad. José Domingo Pérez, sin embargo, habla de una situación al parecer insostenible”.
El fiscal José Domingo Pérez, del equipo especial Lava Jato, ha hecho una denuncia seria. Ha dicho que los fiscales Marita Barreto y Richard Rojas se encuentran “bajo el ojo de la Autoridad Nacional de Control y que creo aún no se han atrevido a denunciar públicamente estos hechos” (Canal N, 9/11/23).
Los hechos por denunciar, se entiende, son las acciones disciplinarias contra varios fiscales. La Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público habría hecho un informe preliminar que plantea iniciar procedimiento administrativo disciplinario contra estos funcionarios, según reveló El Comercio (10/11/23).
El procedimiento se refiere a los viajes que hizo al extranjero Marita Barreto para diligencias con Sada Goray. ¿Debieron viajar a tratar con la investigada? ¿Tenían autorización? ¿Se ciñeron a lo establecido por el Código Procesal Penal?
Estas preguntas se tienen que responder en el proceso de control interno. Según Marita Barreto, estos viajes se hicieron por un pedido dentro del proceso de colaboración eficaz. Además, la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, habría autorizado las diligencias.
Si los viajes se hicieron de acuerdo con el código respectivo, puede demostrarse fácilmente. Si la fiscal de la Nación autorizó los viajes, también puede comprobarse.
Sada Goray sobornó para colocar gente de su confianza en instituciones claves. No debería llamar la atención que se ejerza control sobre la investigación sobre ella.
El abogado de Goray es Telmo Zavala. Los viajes de los fiscales coincidieron con sus traslados. Se dice que hay cercanía entre Zavala y Barreto, de cuando el primero trabajaba en el Ministerio Público.
Esto debe investigarse. Quizá en el Ministerio Público hay luchas internas y pequeños grupos de “poder” o influencia. Por eso mismo, nadie debe estar por encima de los códigos y procedimientos regulares.
El fiscal José Domingo Pérez denuncia, sin embargo, algo más. Hablando sobre el proceso disciplinario del fiscal superior Rafael Vela Barba, ha dicho que la fiscal de la Nación tenía conocimiento y que autorizó ese proceso.
Patricia Benavides, fiscal de la Nación, dio un respaldo público a Rafael Vela. Al parecer, el fiscal Pérez quiere decirnos que Patricia Benavides disfraza sus verdaderas intenciones; o sea, miente.
“Nosotros somos la cara de la fiscalía, no los que tienen la titularidad”, dijo José Domingo Pérez, en la entrevista que le hizo Jaime Chincha en Canal N.
El fiscal del equipo especial tiene una imagen de sí mismo elevada: por encima de quienes “ejercen la titularidad”; o sea, de la fiscal de la Nación.
La opinión pública debería poder confiar en sus autoridades. Debería creer en la serenidad de sus actuaciones y en la legalidad de sus conductas.
El trabajo de un fiscal debe estar más en la investigación que en la publicidad. José Domingo Pérez, sin embargo, habla de una situación al parecer insostenible.
“Hay que denunciar, ha dicho, lo que está ocurriendo actualmente en la institución, porque las personas van a pasar, pero la institución va a quedar”. Y pone un ejemplo: “Así como pasó con Pedro Chávarry”.
Los fiscales ¿pueden ser sujetos de control? ¿O las “caras de la institución” están por encima del ordenamiento legal y el control interno?
El poder sin límites es el principal enemigo de la democracia. Para eso están, justamente, la ley, los códigos y los procedimientos.
Fuente: El Comercio – Federico Salazar periodista