Se estima que el 50 % de las anemias tiene origen nutricional, pero que la otra mitad tendría un origen distinto y por tanto se requiere de diversas respuestas.
Más de 9 millones 780 mil peruanos son pobres (29 % de la población) y 10 millones 590 mil son vulnerables (31,4 %), de acuerdo con el reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Precisamente, factores como la pobreza, hacinamiento e inadecuado saneamiento básico se encuentran asociados a la anemia.
De acuerdo con cifras publicadas por la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2023 en ocho regiones del país más de la mitad de los bebés entre 6 y 35 meses tienen anemia. Estas regiones son Puno (70,4 %), Ucayali (59,4 %), Madre de Dios (58,3 %), Loreto (58,1 %), Huancavelica (56,6 %), Apurímac (55,8 %), Pasco (52 %) y Ayacucho (51,5 %).
“Perú no está solo en su preocupación frente a la anemia, la comparte con el resto del mundo porque a nivel global al menos 1 de cada 2 niños y niñas padece anemia o carecen de nutrientes suficientes para su desarrollo”, señaló el Dr. Víctor Aguayo, director Global de Nutrición y Desarrollo Infantil de UNICEF. Aguayo explicó que la estrategia global de prevención que plantea Unicef frente a los problemas de malnutrición infantil, entre ellos la anemia, tiene un enfoque sistémico que aspira a fortalecer cinco sistemas: alimentario, de salud, de agua y saneamiento, de educación y de protección social.