Se iniciaron las tradicioanles festividades del Selñor de los Milagros. Un mar humano vestidos con sus hábitos acompañaron las sagradas andas del Cristo de Pachacamilla que se movilizaba en hombros de los hermanos cargadores de la Hermandad del Señor de Milagros.
Los aplausos, vítores e inacabables oraciones de sus fieles, quienes en coro pedían se acabe la violencia que vive nuestro país, fueron las expresiones más oídas cuando a las 12 en punto, las sirenas de la unidades bomberiles apostadas en la avenida Tacna y el toque de campana de la propia anda, anunciaron el inicio de una de las procesiones más grandes y esperadas del mundo católico, la cual se replica en diversos países donde hay una gran comunidad de peruanos, como Italia, Suecia, España, entre otros.
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, fue el encargado de despedir al Cristo de Pachacamilla del salón de actos donde pernocta la venerada imagen antes de su procesión por el centro de la Lima, el cual se vió paralizado por los miles de personas que colmaban la avenida Tacna y el jirón Chancay.
Las sahumadoras, con sus tradicionales mantillas y hábitos de color morado, fueron las primeras en recibir a la sagrada imagen que salís en hombros de los hermanos cargadores.
De los homenajes tributados en su primer recorrido, quizás el más impresionante fue el rendido en el local de la Hermandad de Cargadores del Señor de los Milagros. Trabajo para las familias peruanas y cese de la violencia en el país ocupó el discurso de orden del Mayordomo de la Hermandad de Cargadores del Señor de los Milagros.