La Defensoría del Pueblo cumplió 29 años de funcionamiento de su vida institucional como organismo constitucional autónomo al servicio de la defensa de los derechos fundamentales de las personas.
En ese sentido, renovó su compromiso con las poblaciones más vulnerables a través de la supervisión permanente de las instituciones públicas y la gestión adecuada de los conflictos sociales.
Dicha institución informó que trabaja bajo dos lineamientos claramente definidos: supervisión de la administración estatal para la profesionalización del estado que busca establecer indicadores a partir del cual desarrollan políticas innovativas en gestión pública y su mejora continua en favor de la población.
También por el cambio de la estructura social a través del programa “rompiendo cadenas”, que identifica a la niñez peruana en alto riesgo de vulnerabilidad con la finalidad de protegerlo con acciones preventivas para fomentar una nueva sociedad con una cultura de paz y con sueños de superación.
“Seguimos fortaleciendo a nuestra Institución, con presencia activa en más de 70 puntos de atención a nivel nacional, prioritariamente en las provincias de alta densidad poblacional y en algunas localidades de frontera como aguas verdes en Tumbes, Desaguadero en Puno y Santa Rosa en Tacna. Asimismo, en la Región Loreto las Provincias de Datem del Marañon, Caballococha, Putumayo y, la provincia de Condorcanqui en la Región Amazonas. Seguimos avanzando para que próximamente nuestra cobertura territorial alcance al 100% de provincias de nuestro país”, indica la Defensoría del Pueblo.
Por otro lado, recalcan que siguen profundizando su trabajo en la promoción de la actividad intercultural con nuestros pueblos nativos u originarios en la costa, sierra y selva.
Asimismo, recalcaron la producción de informes durante la actual gestión, que fueron el resultado de supervisiones en aspectos críticos como la situación de las ollas comunes y los comedores populares, la atención que se brinda en las defensorías municipales del niño y el adolescente (DEMUNA) y en los institutos especializados de salud, así como en las instituciones educativas y en los hogares protegidos, entre otros servicios dirigidos a poblaciones altamente vulnerables.
«Desde que abrió sus puertas en 1996, la Defensoría del Pueblo ha estado presente en todos los acontecimientos que han definido el rumbo del país en los últimos cuatro años del siglo anterior y la primera cuarta parte del presente, por ello, inspirados en los principios de París renovamos nuestro compromiso de trabajar por la defensa de los derechos humanos”, finaliza la institución.
Fuente: Andina