La adicción del mandatario Martín Vizcarra por el psicosocial es ya es una leyenda viviente. El diseño es conocido: declaraciones presentándose como el abanderado de la lucha anticorrupción, medios que lo sostienen aplaudiendo como focas, levantándolo, y encuestas que le dan guarismos estroboscópicos.
Pero en temas que causan dolor a los peruanos, como el vil asesinato y violación de una niña de cuatro años, Vizcarra hace mutis por el foro. Sí anuncia la llegada del coronavirus con una ministra de Salud disminuida y muda a su costado. Como dicen: ¿qué sabe el burro de alfajores? Pudo colocarse al lado de la ministra para ganar cámara y dejar que ella, siendo médica, informe cabalmente, dando recomendaciones.
Vizcarra, sin embargo, omite decir que no hay mascarillas protectoras en el mercado (no es privativo del Perú), aunque asegura que “su gobierno” tiene el control de la situación.
Usa un lenguaje policial al decir que el infectado “tiene antecedentes” de haber estado en tres países.
Debe estar preocupado por los problemas judiciales de tres ministros de su gabinete. Cuando al fiscal Chávarry lo involucraron en la investigación del ridículo e inexistente caso ‘Cuellos Blancos’, las focas mediáticas, el ex Premier favorecido por Odebrecht, hoy preso, y tantas ONG le exigieron a Chávarry que diera un paso al costado para que la investigación, digamos, fluyera.
Vizcarra parece confiar en que el coronavirus lo salvará del cuestionamiento a estos tres ministros a quienes ya les dio su respaldo. Ningún psicosocial lo ayudará sin embargo a detener el desastre económico.
En un interesante artículo, la columnista Madeleine Osterling informa sobre el evento minero más importante del mundo, el PDAC. La situación del Perú es lamentable, descendimos 10 posiciones en el Índice Fraser y la exploración bajará consistentemente porque el gobierno pide estudio de impacto ambiental, cosa ridícula. De 200 proyectos de exploración, uno se cristaliza.
El médico Elmer Huerta dijo que el Perú es un país insalubre. Basta circular un poco para ver que los baños de colegios son una porquería, que no hay rellenos sanitarios, que un buen sector de la población no tiene acceso a agua. Un desastre que el coronavirus no paliará. Es más, ya el MEF se colgó de la epidemia y bajó la tasa de crecimiento prevista. La delincuencia es ya una pandemia.
Ayer ‘Expreso’ informó que Vela Barba fue designado en el 2016 como Fiscal Superior Especializado en Delitos de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio. Antes era solo fiscal superior. El título se lo otorga el ‘cuello blanco’ exCNM, Guido Águila, a solicitud del entonces fiscal de la Nación Pablo Sánchez. ¿Integra este esa organización criminal? El coronavirus también disipará el ominoso silencio de la fiscal Mori y la procuraduría frente a la demanda de Odebrecht ante el CIADI. La empresa no será denunciada. ¡Achís!
Escribe: Mariela Balbi – Expreso