La corrupción en sectores clave y la falta de dirección política han intensificado la insatisfacción de los peruanos con las autoridades y los servicios que reciben.
La creciente insatisfacción de los peruanos con los servicios públicos expone la crisis política de nuestro país marcada por la corrupción e incapacidad de gestión. Según el abogado y analista político Rodolfo Pérez, la desconfianza hacia las autoridades, desde alcaldes hasta el Ejecutivo, se acentúa por la falta de claridad en las prioridades gubernamentales. “Ni el gobierno de Pedro Castillo ni el de Dina Boluarte tuvieron una agenda definida para la salud, educación o seguridad”, señaló.
Los escándalos de corrupción alcanzan sectores claves como educación, transporte y vivienda, afectando gravemente la calidad de los servicios. Además, el éxodo de funcionarios calificados y la politización de decisiones técnicas han profundizado la crisis. Pérez advirtió que la desconexión entre las demandas ciudadanas y el actuar de las autoridades no solo genera malestar, sino también un deterioro progresivo de la confianza pública.