La cifra de infectados con la COVID-19 en Perú sigue en aumento. Ahora, un equipo de virólogos de la Charité Berlín viajará al país andino para ayudar a contener la pandemia. DW habló con el jefe de la delegación.
Deutsche Welle: Profesor Drexler, Perú ha confirmado más de 250.000 contagios de COVID-19 y aproximadamente 8.000 muertos. ¿Por qué cree usted que el número de infectados sigue aumentando masivamente a pesar de las estrictas medidas impuestas desde el comienzo por el Gobierno peruano?
Dr. Félix Drexler: Porque mucha gente no tiene las condiciones económicas para quedarse en aislamiento. Eso pasa en toda América Latina, no solo en Perú. La gente tiene que salir a trabajar para no morirse de hambre, pero esto contribuye a la transmisión del nuevo coronavirus. No es mala ni tonta, sino que no tiene cómo escoger. Hay que tener mucho cuidado de no tildar a estas personas de desobedientes o mal educadas.
La cantidad de muertos por coronavirus en Perú es mucho más baja que el número de infectados. Otros países con la misma cifra de contagios, como España o Italia, cuentan alrededor de 30.000 muertos. ¿A qué cree usted que se debe esto?
Se debe a la manera en que se está testeando, quién está siendo testeado y cómo. Es muy diferente entre distintos países, por lo tanto, es difícil hacer este tipo de comparaciones. No sabemos si los testados eran personas con pocos síntomas, o incluso personas asintomáticas, pero se incluyen en estas listas. El otro factor podría ser también un subregistro de causas de muertes.
Sin embargo, un estudio de la consultora peruana Vox Populi, que analizó datos de defunciones, sostiene que el número de decesos por COVID-19, solo entre abril y mayo de 2020, sería de más de 17.000. Esas cifras las sitúa en el marco de una comparación con los fallecidos en el mismo período en 2019, sin la pandemia. ¿Por qué se especula con que el Gobierno no esté publicando los números correctos?
Yo no diría que no son correctos. Los gobiernos publican los datos que tienen. Hay, obviamente, algunos gobiernos que no quieren publicar los datos disponibles, pero, en general, creo que Perú está haciendo un enorme esfuerzo para contener la pandemia en el país. Aun así, no cuentan con todos los datos. Las altas cifras de mortalidad de esos estudios dicen a las claras que los más de 8.000 decesos confirmados por el nuevo coronavirus no reflejan las cifras reales. Por otro lado, seguramente también se incluye en esas cifras de 17.000 muertos a gente que falleció por otras causas, al no ser atendidos, o al dejar de ir al médico por temor a infectarse, y que mueren en sus casas. Ahí tenemos que decirle a la gente que igualmente tiene que buscar apoyo médico. Siempre y cuando haya un sistema de salud funcionando, recibirán ayuda. El riesgo es que si llegan a tener tantos enfermos de COVID-19, el sistema entero podría caerse.
Mañana viaja usted a Perú con un equipo de especialistas de la Clínica Universitaria Charité de Berlín para ayudar al país andino en su lucha contra el coronavirus. ¿Cómo surgió este proyecto? ¿El Gobierno peruano pidió ayuda a Alemania?
El Gobierno peruano pidió apoyo. Este proyecto es una asesoría del Servicio Operativo de Salud de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ SOS), financiada por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ), para apoyar en el diagnóstico del nuevo coronavirus en los trópicos. Con proyectos similares hemos estado también en Colombia y Ecuador, pero ahora hay demanda de países como México, Guatemala o Bolivia.
A Perú llevaremos 100 mil pruebas rápidas PCR [siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa, test rápido de coronavirus, N. de la R.]. Una tercera parte la dejaremos en Lima y las demás irán al resto de las regiones. El problema en Perú, como en otros países, es que, fuera de Lima, la situación ya es otra. La descentralización de la salud es un problema constante de la política latinoamericana. Antes de COVID-19 ya existían estos problemas. Primero viajamos dos especialistas, pero en total seremos un equipo de hasta siete personas. Allá tenemos que definir qué más se necesita. Nuestro equipo ayudará especialmente en Iquitos y Tumbes.
¿Por qué específicamente Iquitos, en el Amazonas, y Tumbes, en la frontera con Ecuador?
Debido a que Iquitos es la única metrópoli en la selva peruana, queremos ayudar a fortalecer la estructura de salud de esa ciudad. La idea es también ayudar a la mal atendida población indígena. El Gobierno peruano debería apoyar más la extensión de su servicio a las poblaciones más rurales. A muchas zonas se llega solamente en barco en viajes de varios días. También iremos a Tumbes para dar nuestro apoyo en la frontera por donde pasan los migrantes venezolanos.
A algunos expertos les llama la atención los pocos casos de contagio que existe en la altura de los Andes ¿Cree usted que existe algún tipo de resistencia a la COVID-19 allí?
No lo sabemos con certeza. Lo que sabemos es que los coronavirus son sensibles a la radiación ultravioleta y en las alturas es completamente factible esa resistencia, pero aún no se ha confirmado. Todavía no es un hecho científico.
En todo caso, siendo Perú el segundo país con más contagios en América Latina y el sexto a nivel mundial, ¿qué cree usted que las autoridades podrían hacer mejor para controlar la pandemia?
No me atrevería a juzgar el trabajo del Gobierno peruano en ese sentido. Mi impresión es que Perú, como la mayoría de los países, está haciendo un increíble esfuerzo. Hay que valorar lo que están intentando hacer para controlar la pandemia. En algunos países está funcionando; en Perú todo eso es muy difícil. También hay que valorar a la gente que está aguantando esta grave situación. Los seres humanos no tenemos mucha paciencia. Pasa lo mismo en Alemania, la gente está harta de las medidas de restricción. Pero con la diferencia de que en América Latina la gente no tiene cómo sobrellevarlas.
De todos modos, hay que seguir las recomendaciones que dan las autoridades sanitarias porque el virus todavía no se ha ido. Los próximos dos meses serán duros con respecto a los contagios y las muertes.
Fuera de juego:
Dr. Félix Drexler, virólogo y profesor de la prestigiosa Clínica Universitaria Charité de Berlín, es consejero científico del GIZ y dirigirá el equipo que se encargará de ayudar al Gobierno peruano en su lucha contra el nuevo coronavirus. Dr. Drexler tiene amplia experiencia en América Latina, donde llevó a cabo proyectos para combatir el zika.
Fuente: DW