Si bien durante el año pasado el gobierno nacional ejecutó el 95.6 % de su Presupuesto Institucional Modificado (PIM), se registraron 10,833 proyectos con ejecución cero, de un total de 64,636. Desagregando esa cifra se encuentra que en el caso del gobierno central el 7 % de sus proyectos se quedaron con ejecución cero, mientras que en los casos de los gobiernos regionales y locales la cifra fue de 10 % y 17 % respectivamente. Por lo que el sector a poner mayor énfasis es el de las municipalidades (Gestión 03.01.25).
Frente a la problemática anteriormente descrita el Consejo Privado de Competitividad señala tres medidas a adoptar: la primera de ellas es el diseño de una metodología para la habilitación de recursos para proyectos de inversión durante el año fiscal. En este sentido se limitaría que se amplíe las carteras de proyectos de los gobiernos subnacionales, dedicándose estos a la gestión de los proyectos que manejan actualmente. De esta manera los proyectos de mayor impacto deberían de encargarse a unidades ejecutoras especializadas que sean debidamente calificadas en las mejores prácticas internacionales y con experiencia en la ejecución de proyectos. Estas unidades especializadas entrarían a encargarse de los proyectos que los gobiernos locales no administren de manera eficiente. Y la infraestructura que generarían las referidas unidades sea administrada para que su operación y mantenimiento sea efectuado por ProInversión vía Obras por Impuestos o Administración Pública Privada (APP)-
El extendido problema de la ineficiencia del sector público requiere de una reforma integral, que este gobierno no tiene la voluntad ni está en condiciones de llevarla a cabo, sin embargo, puede ir aprobando algunas modificaciones puntuales que puedan ayudar, como las tres medidas anteriormente referidas.
De otro lado, todavía está muy fresco el desastre de la Nueva Refinería de Talara, para no mencionar los elefantes blancos que la antecedieron. Por lo que debemos de evitar a toda costa que el gobierno de Boluarte emprenda nuevos elefantes blancos. Y el proyecto que más se aproxima a ello es el del publicitado tren bioceánico, que NO estaba entre los proyectos ferroviarios priorizados hace poco por el gobierno. Es que el MTC Pérez Reyes, en un giro de 180 grados, al referirse al tren que nos conectaría con Brasil manifestó “La inversión (del tramo de Pucallpa a la frontera con el estado de Acre, Brasil) la tendríamos que hacer nosotros (y se supone que también el tramo Pucallpa- Chancay), y los brasileros tendrían que financiar los 80 kilómetros que faltan hasta la frontera con Perú”.
Opinión que claramente contrasta con las dos veces en que Pérez Reyes anteriormente había opinado sobre el referido proyecto: “No creemos que debemos financiarlo. Si algún interés tiene Brasil o China en esto, ellos deberían encargarse de ello”. Si el referido tren no estaba priorizado entre los proyectos ferroviarios a ser desarrollados por nuestro país, si el MTC estaba en contra y ahora ha cambiado de opinión sobre dicho proyecto, que beneficia fundamentalmente a China y a Brasil, es claro que el cambio de rumbo del gobierno se debe a presiones de China.
Fuente: Expreso – Eco. Manuel Romero Caro