Una intensa batalla que se inició hace seis años, un 5 de enero 2017 en las calles de Puente Piedra, exactamente donde se ubican las garitas de peaje del Chillón – Shangrilla, panamericana norte, donde miles de vecinos de Lima Norte, se movilizaron para rechazar los cobros abusivos de las tarifas de peaje y esa batalla social en estos últimos años se trasladó a los pasillos judiciales done la brega es intensa, pero allí están las organizaciones sociales defendiendo su derecho al libre tránsito, tal como lo precisa nuestra Constitución.
En medio de esta batalla jurídica, que afecta la economía de los más pobres de Lima Norte, un aire de decencia judicial, refresca la lucha, para advertir que si se puede vencer la corrupción que envuelve el contrato de concesión de los peajes suscrito entre la municipalidad metropolitana de Lima, gestión de Susana Villarán (aquí nació la corrupción) y la empresa Rutas de Lima.
Asociación Casa Huerta El Paraíso, impulso la demanda de garantía que dio paso a la medida cautelar que ordena la suspensión del cobro de peajes y suspende provisionalmente los efectos de cláusulas del contrato de concesión. Y dispone el cierre de dichas garitas de cobro de peaje.
Ojo, es una medida cautelar, Rutas de Lima y Odebrecht, no se quedarán de brazos cruzados, al cierre de esta edición, las organizaciones sociales de Lima Norte resisten a pie juntillas la arremetida de quienes defienden a Rutas de Lima y su contrato de concesión de los peajes, que nació de la corrupción. Llueven calificativos y adjetivos contra los luchadores del pueblo, la pelea es de ellos y si se cumple la sentencia bíblica, que la voz del pueblo, es la voz de Dios, al final del túnel, la luz alumbrará el justo reclamo de los vecinos de Lima Norte y los peajes… nunca más.