Hace unos días el JNE inscribió de forma exprés el partido del sentenciado Antauro Humala Tasso denominado Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O).
La noticia parece haber pasado desapercibida en medio de la crisis en la Fiscalía, el gobierno fantasma de Dina Boluarte y los escándalos congresales de fin de año. Sin embargo, como adelantamos en la columna anterior, el proyecto Humala 2.0 está bien orquestado.
Aprovechando la complicidad del JNE, Antauro inscribió el único partido del Perú que lleva como nombre el nombre de su candidato a la presidencia. Tremenda ayuda para el día de las elecciones, donde de decide el voto de aproximadamente 15 % de los electores. Esto pese a que la Ley de Organizaciones Políticas prohíbe esta situación de forma expresa en su artículo 6 inciso D ¿Qué pasó? ¿Por qué el “riguroso” JNE de Salas Arenas se olvidó de observar el nombre del partido de Antauro? Pues básicamente porque Antauro es el elegido.
Desde el 2016, la izquierda viene eligiendo a candidatos que puedan servir como títeres en el gobierno. Así fue como eligieron a Ollanta Humala, a PPK y al propio Pedro Castillo.
Los elegidos reciben trato preferencial en el JNE: sus partidos se inscriben por arte de magia, no proceden las tachas contra sus candidaturas y sus posibles rivales son sacados de contienda electoral.
Luego en campaña reciben todo un lavado de rostro y maquillaje: la prensa caviar esconde sus trapitos sucios, los opinólogos interpretan sus planes y propuestas “moderando” el discurso para que no dé miedo al electorado y finalmente los rodean de un “gran equipo técnico” que siempre es el mismo. Así como con Castillo en 2021, el Plan Antauro está en marcha y veremos a la maquinaria de izquierda caviar en marcha en los próximos meses.
Fuente: Correo – César Combina excongresista