Incansables y optimistas dirigentes sociales de Lima Norte, respaldan toda acción legal y pacífica orientada a declarar la nulidad de los cobros de peajes.
En estas horas de luchas, no tiene cabida ni el cansancio ni la desesperanza, el pueblo unido con sus dirigentes a la cabeza ven la luz al final de túnel. El peaje no va más, ha dicho en más de una oportunidad el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y esa expresión ha provocado más de una reacción en diversos sectores, uno de ellos de sus adversarios políticos, que invocan el respeto a la ley, cuando por todos es conocido que el contrato de concesión de los peajes, con Rutas de Lima, nació de la corrupción con una danza de millones de dólares, de por medio.
De eso, la corrupción que envolvió el contrato de los peajes, políticos y opinólogos no quieren hablar, mientras escribo esta columna, cientos o miles de vecinos de Lima norte, los más pobres están pagando peajes para poder transitar de ida vuelta a sus casas, a sus centros de trabajo, a sus centros de estudios incluso hasta para visitar a sus familiares a un cementerio de la zona. Esto tiene que acabar dentro del imperio de la ley. Y eso, es lo que reclaman con movilizaciones pacíficas permanentes, los pobladores de Lima norte y a ellos se ha sumado el alcalde de Lima y su concejo metropolitano.
Aquí no hay violencia ni prepotencia alguna de parte de la sociedad civil organizada, el reclamo es justo.
Antes de hablar de la legalidad del contrato, hablemos como nació, como se suscribió y como se legalizó el contrato de concesión de los peajes, entonces los críticos de hoy, aquellos que invocan el respeto a la Ley, unirán sus voces al pueblo y al concejo metropolitano de Lima, presidido por Rafael López Aliaga, para decir, ¡peajes, nunca más!
En este espinoso caso de reivindicación social, deberíamos escuchar la voz de la presidente de la República, del presidente del Consejo de ministros, de los propios congresistas, de los líderes políticos, se está con el pueblo o contra el pueblo. El silencio, juega en favor de la corrupción del contrato de los peajes y su vigencia.