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La botica de Dina

“Este gobierno no tiene idea de comunicación política, por eso es importante recordar que el sarcasmo es para los brillantes, porque es un arma de doble filo: o destruyes o te destruye”.

“Y los que andan con su hígado enfermo, tomen Hepabionta y trabajemos por el Perú”. Una vez más, la presidenta Dina Boluarte ha elegido el sarcasmo para afrontar las críticas a su gestión. Esta vez lo hizo durante su intervención en la ceremonia de inauguración del ‘roadshow’: “Inversiones en turismo 2025″.

Un sarcasmo inconveniente que ha adoptado como única y recurrente herramienta de escape de la realidad y que, a estas alturas, ya se desgastó. Este gobierno no tiene idea de comunicación política, por eso es importante recordar que el sarcasmo es para los brillantes, porque es un arma de doble filo: o destruyes o te destruye. Por eso, hoy quiero hacer la devolución de ese mensaje agregando sensatez. Ahí le va, presidenta:

Cuando no se tiene trabajo y hay una familia por alimentar, o cuando tienes un negocio y la puerta cerrada porque te pusieron una granada para extorsionarte, o cuando subes a un bus y no llegas a casa porque en el camino te hirió una bala. Cuando sobrevives en un país que no tiene presente, uno necesita más que Hepabionta. Porque la consecuencia de ello no es solo cólera, como ha dicho. La desesperación y preocupación del día a día también generan estrés, frustración y ansiedad.

Pero a estas críticas no se refería la presidenta. Esta no ha sido una respuesta para la población. Ella está empecinada en abrir un frente de batalla contra la fiscalización de los medios u opositores, mas no de la única fiscalización que debería ‘quitarle el sueño’, que es la del ciudadano. Porque, si no, sabría que existen protestas que necesitan más que protectores hepáticos, ¿o qué pastillas podría darles a los agricultores de mango y limón de Piura? Esos que presos de la rabia por la pérdida de sus inversiones han tirado toneladas de sus productos a la carretera y ningún calmante va a remediar el daño económico por no vender lo que tenían planeado.

Si alguna receta hay que prescribir, presidenta, sería una con altas dosis contra la necedad, ceguera sistemática y poca empatía suya y la de sus funcionarios. No sé si estos males tengan cura, sin embargo, de lo que sí tengo certeza es que no hay botica que provea de sentido común, firmeza y eficiencia para gobernar.

Y hace unos días lo volvió a demostrar con los cambios en el Gabinete, con un antídoto reciclador e insistente en ministerios claves. El del Interior es uno, por supuesto. Santivañez una vez más demuestra ser intocable pese a sus medidas efectistas contra la inseguridad y el cúmulo de cuestionamientos en su contra que confirman su tristemente célebre frase “para subir, todo vale”. Y la vuelta de Leslie Urteaga, esta vez al Midis, confirma que la presidenta busca más escuderos aliados que gestores transparentes, sobre todo en este ministerio que viene siendo investigado por Qali Warma.

Como ven, la botica de Dina está llena de placebos.

Fuente: El Comercio – Claudia Chiroque es Periodista y abogada

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