“Las comunicadoras no estudiamos cinco años para vernos bonitas ni para aguantar comentarios sexistas, sino para utilizar nuestra voz”.
La desigualdad de género limita el ejercicio profesional a las mujeres peruanas. Por cada sol que gana un hombre, una mujer gana setenta céntimos (INEI, 2021).
Pero la brecha no solo es financiera. Por ejemplo, en el periodismo, al parecer, solo existen oportunidades para mujeres que cumplan ciertos requisitos que piden los medios: ser atractiva, lucir un cuerpo esbelto, tener piel blanca de preferencia, en fin.
En canales nacionales casi siempre vemos al aire a mujeres “perfectas”. ¿Ser guapa es un requisito que una comunicadora debe cumplir para trabajar frente a cámaras? No me malentiendan: bien por las periodistas bellas y talentosas que trabajan honestamente, pero… ¿y las oportunidades para las demás?
Mi profesión puede ayudar a cambiar esta situación. Directores, editores, productores: hay que presentar en pantalla a mujeres reales y perfectas a su manera. La diversidad no es una moda, un capricho ni una ideología: es reflejar la realidad. Podemos demostrar a la sociedad que una mujer no tiene que cumplir estereotipos físicos para hacer su trabajo.
La audiencia masculina, desde sus primeros años frente a una pantalla, tiene que comprender que la capacidad de una periodista no depende de su maquillaje, sino de lo preparadas que están intelectualmente para ejercer su profesión. Si no, miren lo que ocurre: un presentador de noticiero preguntó a su colega mujer “¿no te gusta la papa?”. Esto puede crear en el público la normalización de situaciones similares o peores en los medios.
No es casual que el 71 % de casos de ataques contra la prensa estén dirigidas a mujeres periodistas y que sean comentarios estereotipados y prejuiciosos sobre su apariencia (eMonitor+ 2023).
Las comunicadoras no estudiamos cinco años para vernos bonitas ni para aguantar comentarios sexistas, sino para utilizar nuestra voz. La belleza no debe ser una cláusula invisible para ser contratadas. Si nos quieren halagar, que sea por nuestro desempeño. Déjennos trabajar.
Fuente: El Comercio – Dulce Farfán es Estudiante de Comunicación y Publicidad en la Universidad Científica del Sur