Ante la ofensiva neomarxista, es oportuno recordar una obra publicada hace unos años en Francia. “El Libro negro del comunismo” (Ed. Robert Laffont), señala como consecuencia de aplicación del comunismo en el mundo, la muerte de cien millones de personas.
Gramsci, que nutre sus ideas del marxismo, sostiene: “Tomen la educación y la cultura, y el resto se dará por añadidura”. La conquista del poder cultural es previa a la conquista de poder político, e insta a los académicos socialista a infiltrarse en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios.
Al modelo “cultural” de Gramsci, lo han implementado para generar un antagonismo “molecular” como ha ocurrido en Chile, según un interesante artículo “La naturaleza del proceso revolucionario chileno” (A. Laje) cuya fuerza reside en la multiplicidad inconexa, que todo lo cuestiona, y se expresan en corrientes como feministas, homosexuales, anarquistas, comunistas, estudiantiles e indigenistas, generándose una permanente pugna y negación de sus instituciones, sus tradiciones, su historia, para establecer que el sistema no funciona y se necesita una nueva constitución.
Realidad similar vive nuestro país. El nuevo punto de encono de algunos sectores de nuestra sociedad es la PNP, sometida a desprestigio camuflado de información, sumando a la institución policial como elemento de polarización y agudización de contradicciones, desconociendo su rol constitucional de velar por la paz y el orden interno. No olvidemos que hasta agosto del presente año, habían sufrido de 400 bajas por Covid-19.
En el libro de “Puño y letra”, el terrorista Abimael Guzmán señala que había estructurado un partido sólido y popular, listo para iniciar la lucha armada, lo que ocasionó que 25 mil peruanos fueran asesinados. Capturado Guzmán por el GEIN (…), se dio paso a “una nueva estrategia: pasar de la lucha política con armas a la lucha política sin armas, aplicando el REPLIEGE político y militar”.
A ese terrorismo insano, que aún subsiste, lo derrotó la Policía Nacional, y lo volvería a derrotar por su vocación de servicio y amor a la patria. Honor y gloria a la PNP.
Fuente. Correo – Rolando Souza