Estudiantes liderados por docente investigador diseñaron rueda que se adapta al suelo de la Luna o Marte
La Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) acaba de repetir el plato como ganador en el NASA Rover Challenge, una competencia mundial que busca involucrar a estudiantes de ingeniería en la construcción de vehículos a ser usados por los astronautas cuando exploren la Luna o Marte.
Repitiendo el plato
El año pasado, en el mismo concurso, la universidad obtuvo el premio de Telemetría y Electrónica y hoy viernes se alzó como ganador en la categoría Technology Challenge Award for Wheel Design and Fabrication.
Diseño espacial ganador
El desafío planteado este año por la NASA fue elaborar el mejor diseño y fabricación de ruedas para vehículos de este tipo. Y así se hizo. El aporte de la UNI posibilita un gran desempeño sobre diferentes superficies simuladas y cumple los criterios de seguridad, estabilidad, durabilidad y maniobrabilidad, destacó Kristen Márquez, jefa de ingeniería de la NASA, al dar a conocer al ganador vía Twitter.
Vehículo para el suelo de la Luna o Marte
El jefe del proyecto, Manuel Luque Casanave, ingeniero mecánico-electricista y docente investigador de la UNI, explicó a nuestra fuente que las llantas permitirán al vehículo espacial circular con seguridad ante las dificultades que impone una superficie rocosa, arenosa o sinuosa como las que hay en la Luna y Marte. ¿Pero cuál fue el secreto?
«Hemos ampliado la superficie de rodadura de las ruedas para que, ante superficies irregulares, se activen mediante alerones laterales en un ligero ángulo por sobre la horizontal. Esos alerones y la pista central de rodadura están unidos por resortes de torsión, que son parecidos a los resortes de los ganchos de ropa. Al contacto con arena, rocas o protuberancias, dichos resortes se contraen, facilitando el desplazamiento», detalló.
Luque Casanave destacó que hasta el momento la NASA no había tenido claridad en la rodadura de llantas de los Rovers. «Sabemos que cuando hay un auto atorado en la arena es necesario bajar la presión de la llanta para que se amplíe la superficie de rodadura y superar esa dificultad. Basado en esa idea, hice la propuesta al equipo de trabajo», dijo este investigador con más de 30 años en la docencia universitaria.
Trabajo en equipo
El equipo de trabajo ganador estuvo conformado por 14 personas, entre estudiantes de ingeniería mecánica, mecánica-eléctrica, mecatrónica y naval, todos bajo la dirección de Luque Casanave. La labor comenzó en octubre del año pasado, con la conceptualización del diseño y el análisis de alternativas, entre otros aspectos.
Dedicación y perseverancia
Fueron meses de mucho trabajo, persistencia y disciplina, recuerda el ingeniero con postgrado en Inglaterra, Estados Unidos y Suecia. «Yo les digo a mis alumnos que todo proyecto requiere un 20% de inspiración y 80% de transpiración. Eso también lo aplicamos el año pasado cuando lideré el proyecto ganador en la categoría Telemetría y Electrónica».
Competencia virtual
Pero la pandemia del coronavirus paralizó el concurso. «Ya estábamos por armar las ruedas con un jebe especial sintético, resistente a las inclemencias climáticas, pero los talleres cerraron debido a la cuarentena y no se podían comprar los materiales». Sin embargo, las ganas de participar se mantenían inalterables. Por ese entonces, la NASA decidió que la competencia prevista para mediados de abril sería virtual.
El Oscar de la ingeniería
«Nos entrevistaron, a través de su plataforma, para explicar nuestros procesos y diseños. Les enviamos videos, presentaciones en power point, gráficos de cómo trabajaría la rueda. En base a todo ese material y las entrevistas, quedamos tres finalistas. Y ahora estamos felices de ganar el primer puesto porque esto es como el Oscar de la Ingeniería
Fuente: Andina